miércoles, 20 de febrero de 2013

Los Cosacos




Los Cosacos



Los Cosacos es una de las primeras novelas de Tolstoi, de un gran contenido autobiográfico y con la semilla a punto de germinar, de lo que sería más adelante su estilo inigualable. Pero esta novela parece tener unos “fallos” importantes y muchos podrían sentirse incluso decepcionados con el final. Todo esto responde, sin embargo, a una razón más profunda que justifica la novela por completo.
¿Qué es lo que quiere decirnos Tolstoi con los Cosacos? Tenemos  que ser concientes que el choque con esta cultura fue algo que lo afectó profundamente de manera personal, también debemos saber que las costumbres refinadas, que lo persiguieron durante su vida, fueron para él unas anclas muy difíciles de ignorar, y con las que luchó de manera desgastante todos los días de su existencia.
Me atrevería a decir que esta razón lo lleva a dedicar más de la mitad de la novela a describirnos la manera libre y natural, prácticamente respondiendo a las necesidades básicas, de vivir de los Cosacos.
En ellos encontró un mundo ajeno a lo que conocía, uno que podía ser bello por auténtico, una cultura sencilla, en la que sus habitantes podían dedicarse con toda soltura a ser felices. La felicidad, algo que Tolstoi anhelaba y buscaba desesperadamente en sus reglas morales, en su literatura y en su filosofía de la vida. Una felicidad pura, que siempre sintió negada para alguien como él. Y es así que se inventa una historia para mostrarnos como esos dos mundos, en su esencia y al nivel que él estaba buscando, no pueden subsistir.
Tenemos claros indicios de que eso es lo que busca. Pues desde el principio de esta novela nos presenta al protagonista “Olenin” como el anti-héroe, poco atractivo, al que lo único que lo precede es su dinero (muy al estilo de la visión que  Tolstoi tenía de sí mismo) con el que el lector no acaba de tener empatía, en mi opinión de manera deliberada.
Nos presenta también como este personaje, en su búsqueda interna encuentra en lo exterior algo antes inimaginable que lo hace soñar, desear y renegar de su pasado. Pero un cambio en la esencia de una persona no es cosa fácil, muchos elementos nos atan a nosotros mismos, aunque reneguemos de ellos, y todos estos vicios los presenta en Belensky, que no juega otro papel que traerlo a su realidad y mostrarle lo que quiere olvidar.
La confusión de los sentidos se apodera de Olenin y a la vez que cree en el amor universal se topa de nuevo con un mundo al que quiere dejar atrás, al descubrirse deseoso de su propia felicidad por encima de la de los demás.
Una felicidad anhelada pero incomprensible, a la que sólo puede verla, juguetear con ella unos instantes y observarla alejarse imperturbable. Es la vida de un forastero, la que se vio afectada sin preocupar al paisaje.
Y de este modo aprovecha el autor para enseñarnos costumbres, vestimenta, festividades, canciones, incluso frases. De lo que debe ser la recopilación sobre el uso y costumbres de los cosacos más conocida y de referencia obligada, incluso en nuestros días.







León Tolstoi



(Liev Nikoláievich Tolstói; Yasnaia Poliana, 1828 - Astapovo, 1910) Escritor y ruso. Hijo del noble propietario y de la acaudalada princesa María Volkonski, Tolstói viviría siempre escindido entre esos dos espacios simbólicos que son la gran urbe y el campo, pues si el primero representaba para él el deleite, el derroche y el lujo de quienes ambicionaban brillar en sociedad, el segundo, por el que sintió devoción, era el lugar del laborioso alumbramiento de sus preclaros sueños literarios.
El muchacho quedó precozmente huérfano, porque su madre falleció a los dos años de haberlo concebido y su padre murió en 1837. Pero el hecho de que después pasara a vivir con dos tías suyas no influyó en su educación, que estuvo durante todo este tiempo al cuidado de varios preceptores masculinos no demasiado exigentes con el joven aristócrata.

2 comentarios:

  1. quiero leer esa novela de El solo he leido La Guerra y la Paz, Anna Karenina y otra que creo se llama Cuentos Cortos o algo asi.

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  2. precioso quiero leer esa novela de El

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