lunes, 9 de diciembre de 2013

Iglú



"  Iglú  "
Iván Hernández

¿De qué se alimenta la mente de un escritor?
Palabras, momentos, lugares, canciones, olores, “imágenes de luz”. Pero que hace cuándo todo eso falla. Cuándo se tiñen de un color oscuro y el frió cala hasta los huesos.

Un autor nunca deja de escribir, las historias no pueden parar de surgir. Simplemente el discurso cambia, se transforma, se convierte en un texto directo, frío, sin adornos. Se vuele digamos, un entorno nevado, blanco, carente de cualquier otra posible descripción.

Tuve la oportunidad de leer este libro, mucho antes de que saliera a la venta, y también tuve la fortuna de estar en contacto con el autor en esos momentos. Y pude profundizar, de manera inesperada, en el proceso creativo y personal que lo llevó a escribirlo. Es algo que agradezco profundamente, y que me lleva a tener una opinión, tan solo un poco más allá, de una lectura casual.

La captura de una emoción cincelada en historia. Esto es Iglú.
 Un sentimiento contenido entre sus paredes de hielo, un grito desesperado de ayuda. Al que el destino responde, en la presentación de una mujer dudosa, con un pasado, con problemas personales que el personaje principal no está interesado en conocer.

Un reflejo real de la problemática social actual, la lucha por la supervivencia propia, si mirar apenas si la persona de junto padece lo mismo. Una desconfianza profunda, sembrada por años de injusticias que han llevado al ser humano a sacar lo peor de él.

Y si bien es cierto que esta historia es, de la colección aliada, la que más difiere en el estilo al que estamos acostumbrados los lectores asiduos. Para mí es muy claro; que ésta es un punto de quiebre, en que el autor Iván Hernández demuestra que es capaz de salirse de su estilo, tratar temas ajenos a los acostumbrados  y hacer que funcione.

El tema de Iglú es uno difícil, duro, más por lo que esconde que por lo que expone. La imagen de una bestia que conoce nuestros miedos y se alimenta de ellos, es una que nos perseguirá toda la vida, una que vive a nuestro lado y que varios hemos visto a los ojos.

La historia de la bestia roja, sin embargo no es para todo el público. Pues me temo que la gente que no ha vivido una desventura en carne propia, puede que le parezca carente de sentido. Incluso que sienta que le falta algo.

Los que por el contrario, hemos visto a nuestros monstruos de frente, encontraremos en Iglú un refugio, al menos temporal, y entenderemos lo que el autor tuvo que vivir para crearlo.

Es una historia corta, eso sí. Pero no creerás pasar más tiempo del necesario, en un mundo torturado por una bestia que espera paciente el momento para acabar contigo. 

Por cierto, es una historia que me inspiró a dibujar mi propia versión de la bestia. Nunca me había pasado algo así, gracias Iván, por transmitir e inspirar a crear. 


Iván Hernández



Iván Hernández (Madrid, 1975) es el autor de la Colección Buscoaliados, un conjunto de novelas diferentes, frescas, originales, con un carácter muy peculiar, basadas en el romance, el realismo fantástico, el suspense, el humor y las emociones. Estilo aliado 100%.

Los pilares de la Colección Buscoaliados son: Calidad, diversión y economía.


«La protegida Wittman»:

Resto de obras de la Colección Buscoaliados:


2 comentarios:

  1. Gracias por esta opinión algo más profunda. La verdad que es la obra más diferente, más oscura, que a cada cual podrá inspirarle una verdad, una mentira, un miedo.
    Quizás como dices, si alguien ha vivido una desventura lo pueda entender mejor. Yo aún la asimilo a medias.
    Pero como obra me ha gustado, muy madura, muy bien llevada, y yo con mi percepción personal.
    Por cierto, me gustaría leer la versión de tu "Bestia Roja" :)

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  2. Muchas gracias por la reseña, Ana. Es cierto lo que dices tú y lo que comenta "Ojodehalcón", entiendo que la percepción de la obra cambie según el lector. No sé, es una historia que no me acostumbro a releer porque me trae malos recuerdos, aunque también la veo como increíblemente bella en algunos pasajes (quizás más bella en mi imaginación que en lo que fui capaz de plasmar en aquellos instantes). Es una situación extraña escribir al lado de tu propia bestia roja. Todavía no sé si me ayudó o incluso me perjudicó más, o me sirvió para verlo todo de otra manera, o... simplemente no podía ser de otra manera.

    Un abrazo,
    Iván

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